Con todo, te ha ido bien. Aunque tu creas lo contrario, pocos
han llegado donde tú lo has hecho. No te das cuenta, porque siempre creíste que
todo el mundo vivía como tú lo has hecho, pero hay cosas que hiciste, que no
cualquiera se hubiera atrevido. En el fondo eres muy valiente, aunque tampoco lo creas.
Las almas, para comprender, para darse cuenta de sí mismas y
apreciar que son uno con eso que es Dios, a veces necesitan perderlo todo. Necesitaste
experimentar una extraña soledad y angustia por mucho tiempo donde no había nada con qué distraerse ni nada a qué ferrarse, hasta que finalmente, lo único que quedaba por hacer, es lo que nunca antes hiciste, mirar en tu interior.
Mirar para dentro, buscar en tu interior las respuestas para
todo, es un acto noble, valiente, que experimenta toda alma cuando está
preparada y quiere ir más allá. Es un signo, tal vez el más grande, de que has
madurado: es la expresión palpable, de que has decidido seguir tu camino, y no el
de nadie más. Con todo ello, también has asumido la libertad como expresión de
tu alma en el universo, pero también has comprendido, que tienes que hacerlo con responsabilidad.
Ahora que sabes qué pasa cuando mueves una ficha; ahora que
has comprendido que ni una sola gota de lluvia cae al azar, también sabes que cada
movimiento, cada pensamiento, cada sentimiento, pueden crear un mundo nuevo, para bien y para
mal, es así. Todo eso, podría paralizarte, porque creerás que
pisas sobre arenas movedizas, pero algo desde lo más íntimo te dirá que ya no
hay qué temer, que ya no estás ciego, ni solo, y entonces, aunque, la
superficie pareciera licuarse debajo de tus pies, pisarás firme, no te
equivocarás.
Ha sido un largo camino, para ti, para darte cuenta en el
fondo, de que nunca estuviste solo. Ahora que según tu percepción me has
reencontrado, cuando siempre estuve dentro de ti, nunca más vivirás la ilusión
de la separación, de la orfandad, de la soledad y angustia que trataste de llenar
con infinidad cosas, y personas. Desde ahora, marcharemos juntos porque somos
uno. La parte más difícil del camino, ya está.
¿Qué harás ahora? ¿Qué quieres hacer? ¿Seguirás con lo del
Desdoblamiento Astral o de pronto te has dado cuenta de que quieres dedicarte a
otra cosa? Ha llegado el momento de elegir realmente. Nunca antes estuviste en
esta posición: en todas tus vidas, y aún en gran parte de esta, sentías que
estabas a merced de una fuerza extraña que te llevaba de un lado a otro, ahora
ese sentimiento se ha ido, ya no está, por eso te digo ¿Qué harás? Porque podrías
ser lo que tú quisieras.
Julius, se quedó quieto, mirando el infinito; quería saltar,
gritar, reír, quería a su peor enemigo al frente para abrazarlo; pero Julius,
no hizo nada, solo sintió que un sentimiento reptaba dentro de él como un
gusano furioso, avanzaba desde sus intestinos hacia su corazón.
aprendizxdexmago@gmail.com
0 Comentarios