¿Qué es lo
que ocurre cuando morimos? Luego de la muerte, nuestro Cuerpo Físico se
desintegra. Nuestro cuerpo energético compuesto por muchos tipos diferentes de
energía, igualmente va desapareciendo. Al final, queda eso que en muchos
lugares llaman Esencia, un tipo especial de energía. Todo lo demás: nuestros
recuerdos, que son energía; nuestros sentimientos, que son energía, se van
disgregando, desapareciendo. Finalmente, en la Esencia quedan sintetizadas todas
nuestras experiencias.
En la medida
que la Esencia gana experiencia se va transformando en eso que llamamos
Conciencia; la Conciencia es la experiencia de la Esencia.
La Conciencia, se nutre absolutamente de todas las
experiencias. Para
la Conciencia no existe experiencia mala o buena, positiva o negativa, provechosa
o inservible; para ella todo sirve, y en este proceso, se enriquece, gana
experiencia, se auto educa, se auto sofistica; esa es una cualidad natural en
ella.
La
Conciencia, es algo tan abstracto que sus procesos de compresión, razonamiento,
reflexión, y aprendizaje, todavía no se conocen. Los procesos de la Conciencia,
escapan a todas las leyes que la civilización humana ha descubierto. Lo que sí
sabemos es que ella aprende (si es que cabe el término) vida tras vida,
experiencia tras experiencia.
La
Conciencia, es una partecita de Dios que ha decidido experimentarse y saber
quién es, de donde viene, y donde va. Vamos a decir que es un fragmento de
Dios, que aunque sabe que es parte de todo y que siempre lo será, ha decidido
proclamar su independencia por el simple hecho de que se ha dado cuenta.
Nuestro
Cuerpo Físico, es el recipiente, es el límite donde estamos contenidos. Sin él,
nos disgregaríamos en el infinito porque aún no tenemos integridad. Nuestro
Cuerpo Físico, quiere enseñarnos la unidad; quiere mostrarnos que, cuando todo
el conjunto abstracto de energías que somos está unido y actúa armónicamente,
puede realizar cosas sorprendentes.
La
experiencia de “vivir” en un Cuerpo Físico, con límites, para todo el conjunto
de energías abstractas que realmente somos, es complicada; pero esa barrera
física, es el recipiente que hace que el gas no se disperse y desaparezca.
Ese es el
propósito de un Cuerpo Físico, unirnos, hacer que nuestras energías mentales, y
emocionales estén juntas, trabajen, se expresen. En ese proceso, estas dos
energías aunque ellas no lo sepan están
íntimamente relacionadas, con la energía consciente: ella es el Impulso. La Conciencia, inteligentemente usa una
estrategia, deja actuar a las otras dos libremente, porque para la Conciencia,
el único tipo de enseñanza que vale, es el de la experiencia.
Solo la
experiencia de cualquier situación (laboral, sentimental, emocional,
profesional, ….) es la que desencadena procesos psicológicos lo suficientemente
profundos y fuertes que hacen que reflexionemos y comprendamos, y de esta
comprensión transformada en una síntesis abstracta, aun incomprensible, inexplicable
para esta civilización, se nutre la Conciencia.
Cuando nacemos,
Conciencia, Cuerpo Mental y Cuerpo Emocional o Astral y otros aspectos
energéticos, quedan conectados, interpenetrados (por decirlo de alguna manera)
a nuestro Cuerpo Físico. Básicamente, somos un trio de energías muy sofisticado
que al volver a este Mundo Físico, se da una vez, más la oportunidad de lograr la
integridad para que cuando nuestro Cuerpo Físico muera y nos desprendamos de
él, no nos desintegremos una vez más, y olvidemos todo.
Usar el
Cuerpo Físico y sus experiencias para lograr un día integrar a todos nuestros
elementos energéticos, es el objetivo. Cuando hayamos logrado integrarnos de
una manera que ni aún la muerte pueda
disgregarnos, estaremos preparados para existir en el Astral.
Integrarse, es mirarse dentro, reconocerse, aceptarse tal y como uno es sin juzgarse ni
arrepentirse de lo que ve.
Integrarse,
es darse cuenta de que en el infinito que se puede ver, y en el que no, somos
una chispa más de eso que hasta ahora no hemos podido comprender: Dios.
Integrarse es
asumir la responsabilidad de nuestra evolución.
Integrarse,
es expresarse en este mundo con el único objetivo de lograr a través de las
experiencias humanas, una interacción, ahora sí, provechosa y productiva con
nuestro entorno, porque lo que construye integra, y lo que destruye desintegra.
Integrarse,
es usar nuestros sentimientos, emociones, pensamientos e impulso de la Conciencia, para lograr objetivos concretos, mientras más difíciles mejor. En
ese proceso vamos consolidando, amalgamando, mezclando, fusionando,
sofisticando, de manera intencional, consciente, toda la contradicción
emocional y mental que somos.
Nada se
puede hacer en el Astral, sin no nos formamos en el Mundo Físico. El mundo
Físico es el lugar lleno de oportunidades para transformarnos íntimamente, así,
unos elegirán ser artistas, otros médicos, otros comerciantes, científicos, ...;
pero los que podemos desdoblarnos, podemos ser todo eso y además, usar esas
experiencias para integrarnos y lograr la unidad abstracta.
Para mí, no
se trata de fundirse con el Absoluto y desaparecer en la nada. Para mí, no es
aceptable volver a casa, y ya. Para mí, la aventura es interminable porque las
expresiones de Dios son infinitas, y si es así, Dios experimentándose dentro
de sí a sí mismo, ha sido, es, y será.
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