¿PAZ?

Me pregunto cómo es que el ser humano inventó esta gran palabra. Debe ser que no estaba observando su entorno, o es que lo estaba observando y no se dió cuenta que la paz no existe en el universo, pero se dio cuenta de que era un gran argumento para manipular a la gente.


Básicamente, la paz como ausencia de violencia no existe en toda la creación. Los procesos más pacivos a simple vista, son eventos sumamente violentos donde moléculas, átomos, electrones, protones, etc., interactúan con mucha energía. La creación de todo el universo visible, fue un acto violento lleno de explosiones colosales, seguido de colisiones a grandes velocidades donde poco a poco,  la materia fue aglutinandose. Este proceso incereible en sus dimensiones fuerza y energúia terminó creando lo que ahora conocemos como cosmos.


La creación de una estrella es un proceso violento. La lenta acumulación de gases  y polvo estelar que gira en un remolino; en millones de años se compacta. Grandes fuerzas gravitacionales finalmente producen reacciones nucleares donde el hidrógeno se transforma en helio; al fin nace una estrella. Así nació nuestro sol donde a cada segundo ocurren transformaciones violentas que generan la luz y el calor vitales para este planeta. La radiación solar sumamente letal es controlada por el campo magnético de la Tierra generado gracias al núcleo nada pasivo de nuestro planeta. Si hubiera paz, ausencia de violencia, no habría vida en este universo.


Nuestro cuerpo físico está en pie de guerra todo el tiempo. Si entrara en modo paz, sencillamente sucumbiría a cualquier enfermedad. Nuestro sistema inmunológico no se da descanso, no se da tregua: en nuestra sangre, tejidos, ganglios, heridas, órganos, etc., se libran terribles batalla a muerte; es decir, que, aunque no nos demos cuenta, a cada segundo nos estamos jugando la vida. El que tengamos un ejército bien preparado y que está dispuesto a derrotar a su enemigo (virus, bacteria, degeneraciones celulares, etc.,) y que además funciona tan bien, nos hace olvidar que dentro nuestro, ocurren hechos sumamente violentos. Si hubiera paz, nuestro sistema inmunológico habría dejado de luchar, nuestro cuerpo físico habría sido atacado fácilmente, y sería derrotado, moriríamos.


Las plantas luchan contra la gravedad para erguirse hasta donde haya sol, sus raíces escarban dentro de la tierra, entre las piedras, lenta pero indesmayablemente, buscando agua, nutrientes, y sostén mecánico para su subsistencia. Tal vez la relativa lentitud con que ocurren esos procesos oculte la violencia que hay, pero son actos sumamente dinámicos llenos de arrojo, donde literalmente cada participante se las juega en una apuesta de vida o muerte.


Así, la paz como ausencia de violencia, no existe. Tal vez se podría asumir la paz como un estado armónico de convivencia, y esto solo se da sin cuestionamientos en el mundo salvaje donde cada quien juega su papel lo mejor que puede, donde nadie cree que su mundo es imperfecto o que alguien es mejor o peor. En ese mundo, morir no es injusto, ni es una maldad ni una brutalidad. Morir simplemente es el efecto de su mundo armónico donde cada cual pone sus mejores recursos para mantenerse un día más con vida. Nunca me imaginé a un león llorando por las noches de arrepentimiento por haberse procurado el alimento con la cría de una gacela. O a la madre de la gacela rasgándose las vestiduras por haber perdido su cría acusándose de irresponsable.


El ser humano, define paz y armonía, como la posibilidad donde el pueda existir sin ser molestado por los demás. De lo que no se da cuenta es, de que para que el pueda existir en ese estado, muchos seguramente la estarán pasando mal. Así, la armonía y la paz, es otro cuento creado por los que siempre han tenido el poder para mantener ciega a la gente con fantasías.  Lo gracioso, es que los gestores, inventores, y promotores de estos conceptos, saben la verdad, pero no la dicen. Callan, y guardan la verdad que este mundo es violento y que no hay paz en nada, que a cada paso, la naturaleza está llena de transformaciones dramáticas, y, le hacen creer a la gente que la paz existe mostrándole un paisaje lleno de árboles junto a un lago azul con montañas. Cualquiera con un mínimo de inteligencia se daría cuenta que para exista todo ese paisaje, a cada segundo se están dando procesos biológicos, mecánicos, climáticos, violentos. Ya de por sí el proceso de la fotosíntesis no es algo muy pacífico, es un proceso bioquímico radical donde la materia inorgánica, se transforma en materia orgánica gracias a la luz solar.


Entonces, si la naturaleza es así ¿Qué paso? ¿Cómo es que llegamos a la brillante idea de paz? La única respuesta está en la capacidad mental del ser humano. El sabe, que inventado conceptos que le sirvan lograra hacerse el amo de todo. Que este pueblo perturba la paz (sabiendo que paz en realidad no existe): debemos destruirlo. Que este grupo es de naturaleza violenta (sabiendo que la paz no existe): debemos exterminarlos. Que estos lobos amenazan la paz de la comunidad...mátenlos a todos. Que la prosperidad traerá paz a nuestra nación, iniciemos la guerra. Cuan ciegos y por tanto contradictorios somos, cuan oportunistas, cuan manipuladores, cuan interesados, somos.  Tal vez por eso estemos atascados en este cuello de botella llamado Tierra, tal vez por eso lloramos desesperadamente cuando alguien muere, tal vez por eso matamos por unos cuantos dólares, tal vez por eso hacemos todo lo que hacemos los humanos.


Lo primero que hay que hacer, es darse cuenta, la paz no existe, es un invento utilizado muy perversamente con fines no muy santos. Por lo general, los predicadores de la paz, sean santos, presidentes, líderes religiosos, líderes espirituales, dirigentes de todo tipo: naturalistas ambientalistas, ecologistas, etc., son la gente más violenta en su entorno cercano, entonces, si no creen la paz ¿Por qué predican la paz? Sencillamente porque es rentable.


Cuando uno se da cuenta de que la paz no existe en este mundo, que, en todo caso, el grado de desarrollo tecnológico, científico, y cualquier avance que la humanidad haya tenido en cualquier campo, es producto de hechos violentos, de lucha incesante de algo contra algo (ya no pongo malo – bueno, ni justo – injusto, ni etc. - etc.) uno sabe que este mundo es así. Sabe, que lo natural es la transformación violenta y eterna de todo. En ese estado de cosas, elijo vivir en armonía salvaje, cuidando mi entorno lo mejor que pueda, cuidando mis intereses y mi vida sin renunciar a mis proyectos y sueños.


Hasta que nos demos cuenta que solo el hecho de estar vivos es un acto violento, lo mejor es luchar, vivir, y comprobar a través de esa experiencia que existir en una tercera dimensión implica asumir el mundo tal y como es.





Por otro lado, Buda, en flor de loto en estado contemplativo, es el mensaje más grande que la humanidad haya recibido. Es el estado de no humano, es el estado de alguien que se sienta a contemplar, que ya no modifica ni participa en nada. Tal vez esa sea la verdadera paz, pero cuando se llega a ese estado, lógicamente, ya no se es humano, ya no se vive en este planeta, se está listo para partir.








Ivan Guevara
aprendizxdexmago@gmail.com

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